lunes, 5 de octubre de 2009

Estado de quietud





Conocerse, sentirse bien requiere de una práctica diaria, no es algo, que nos es dado desde afuera.
Encontré un escrito que quiero compartir con ustedes de Chandra Swami de Palabras de los sabios de la india, Ediciones B.

TENDRÁS QUE METERTE EN EL AGUA

Has decidido aprender a nadar. Con esa intención consultas libros y oyes consejos sobre natación y consigues de este modo ser capaz de reconocer todas las técnicas natatorias.
Pero acaso este esfuerzo habrá hecho de ti un nadador?
Acaso el mero conocimiento teórico de las modalidades de natación te confiere un ápice de capacidad natatoria.
Evidentemente la respuesta será un no categórico.
Para aprender a nadar debes meterte en el agua y agitar brazos y piernas.
La información sobre un método u otro y el conocimiento teórico sin duda pueden ayudar, pero solamente facilitarán tu aprendizaje si ejercitas y practicas. 

Lo mismo sucede con la concentración espiritual, para lo cual tienes que sentarte emplear tu corazón y tu cabeza a fin de dominar tu mente tumultuosa.
Siéntate y practica un asana. Cierra los ojos y dejas de pensar.
No hagas nada de nada no luches contra los pensamientos.
Déjalos ir y venir, elevarse y hundirse.
Contémplalos en forma desinteresada como se contemplan los pájaros que llegan y desaparecen en el cielo.
No intervengas en la ida y venida de los pensamientos, limítate a acogerlos ya olvidarlos de forma ligera y suave.
Después de unos meses de práctica regular y diaria, los pensamientos empezarán a calmarse y finalmente sus apariciones y desapariciones cesarán y únicamente experimentarás los estados de atención y quietud.


Para aquellos que no saben hacer una asana (son distintas posturas del yoga) pueden sentarse en algún lugar cómodo y por supuesto requiere de mucho silencio. Es necesario que el cuerpo este relajado.
Al comienzo se puede comenzar por un minuto luego dos y así hasta llegar a diez.
El objetivo es llegar a dedicar unos minutos diarios a este ejercicio, un momento de encuentro con uno mismo.
De este modo se puede lograr por algunos instantes un estado de quietud, aquel que tanto nos reclama nuestro cuerpo y nuestra mente.



Autor del texto: Lic. Mónica Muruaga. Psicóloga y Terapeuta Corporal.
Facebook: https://www.facebook.com/monicamuruaga
Twitter: @monicamuruaga


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